Una exposición recoge la faceta retratista de Miguel de Unamuno

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Parte del cartel de la exposición

Además de los dibujos del propio filósofo, en ‘Metáforas de lo eterno’ se puede disfrutar de retratos de su figura realizados por otros artistas, una muestra disponible hasta el 30 de noviembre en Abando

Una exposición recoge la faceta retratista de Miguel de Unamuno

El Ayuntamiento de Bilbao celebra cada año el ‘Día Institucional de Miguel Unamuno’, coincidiendo con el aniversario de su nacimiento. El celebérrimo autor bilbaíno nació el 29 de septiembre de 1864.

Para celebrar esta fecha, el Consistorio ha puesto en marcha una propuesta cultural muy especial en torno a la figura del pensador: la exposición ‘Metáforas de lo Eterno. Los retratos y la relación con los artistas de su época’, que puede disfrutarse hasta el 30 de noviembre en el Centro Municipal de Abando y tiene como objetivo seguir difundiendo la obra y la vida de la que ha sido, sin duda, una de las figuras culturales más relevante de la Villa.

Así, por el 158 aniversario del nacimiento de Unamuno, en esta exposición se pueden ver retratos realizados por él mismo y retratos suyos dibujados por conocidos artistas coetáneos, como Macario Marcoartu, Joaquín Sorolla, o del que fue su gran amigo, Manuel Losada.

A través de una selección de imágenes de algunas de estas obras y de numerosas fotografías conservadas tanto en el archivo de la Casa-Museo Unamuno de Salamanca como en otros archivos e instituciones, el público asiste, por primera vez en Bilbao, a una exposición que ofrece la posibilidad de descubrir una faceta desconocida de Miguel de Unamuno, quien probablemente es uno de los intelectuales más retratados de su tiempo. Además, esta muestra conducirá a los visitantes por el ambiente artístico y bohemio de la época, de la mano de un personaje a todas luces excepcional.

“Este año, hemos querido ir un poco más allá y descubrir además una faceta nueva de él, quizá más desconocida: la de retratista y retratado. De hecho, él mismo decía, aludiendo a la gran cantidad de retratos que le hicieron: ‘No soy mío, pertenezco al público’. Ahora eso cobra más relevancia con esta exposición dispuesta a recibir a todos aquellos que quieran conocerle mejor, desde su propia mirada y desde la de otros que lo conocieron.”

Afición por el dibujo
Desde niño, Unamuno sintió afición por las prácticas artísticas, concretamente por el dibujo y la pintura. Asistió a clases del maestro Antonio María de Lecuona, pintor costumbrista, en el estudio situado unos pisos más arriba de la casa donde vivía con su familia en la calle de la Cruz. Allí tomó contacto con otros alumnos para quienes, en diversas ocasiones, sirvió también de modelo.

De aquellos años como aprendiz, mantuvo una afición por el dibujo que le acompañará toda su vida. A raíz de esto, surgió en el escritor un interés por el ambiente artístico de la época, que se refleja en la fluida relación que mantiene con los artistas de su generación. En numerosas ocasiones posó para sus obras, despertando en los creadores el deseo de captar, además de su característica fisonomía, su singular perfil psicológico. A través del vínculo que se estableció entre modelo y artista, Unamuno fue forjando una fecunda amistad personal con muchos de ellos.